Todos tenemos estos temores y el numero 3 es el mas frecuente e importante... Comprobado

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Los siete magníficos, PROTAGONISTAS DEL TEMOR: FRACASO, RIDÍCULO, RECHAZO, MUERTE, RESPONSABILIDAD, DOLOR E IMPOTENCIA. Usted puede notar fácilmente que hay muchas personas que dejan de hacer cualquier cosa por temor a que no va ocurrir nada con sus actividades y permanecerá igual toda la vida o simplemente vivió siempre con los temores sin afrontarlos de verdad.
Temores del ser humano

Temor al asbesto del sótano: Bienvenidos al planeta de radón, en el cual cada día encontramos un asesino secreto en la niebla, un silente, invisible e insidioso terror contra el cual sólo los expertos realmente costosos pueden protegernos. El asbesto esta relacionando con la extinción lenta de la vida, y su presencia en la sombría humedad de los sótanos es aterrado.

Temor a cambiar el aceite: Hay muchas formas en que el hombre puede demostrar su capacidad, pero escoje no hacerlo. Con frecuencia esta costumbre de evitar las cosas se manifiesta en la frase: " No tengo" o "No entiendo". Esta es una lista de cosas que nadie desea tener o entender: impuestos, paternidad, mantenimiento del motor, macroeconomia, nutrición, religión y álgebra. Una vez que admitamos que esas cosas que dominan los individuos con grado de intelecto -gente mas tonta aun que uno- tenemos que admitir que nosotros, también, podríamos hacer alguna o todas ellas, excepto si no lo queremos. 

Medio al dentista: Este es el único temor que encaja en la definición de miedo que proporciona el diccionario: ansiedad ocasionada por la posibilidad de peligro. Solo con pensar en un individuo con una resaca en el aliento y un taladro en la mano, empieza hacer agujeros en nuestra boca abierta, es suficiente para paralizar un poco al mas valiente. De hecho, la mayoría de los dentistas dirán que es el temor  el que pone a sus pacientes nerviosos, y no el hecho real como, por ejemplo el agudo dolor. La mayoría de las personas se sientan y levantan del sillón de un dentista sin incidentes mayores excepto el haber pasado por la miseria absoluta de tener que sentarse allí.

Temor al hombre común: Este es el tipo de temor que me embarga. ¿Debo decirlo? el hombre común al que me refiero es el que administra el banco de mi barrio. Buen tipo, aficionado del tenis, pero le debo mucho dinero. Eso lo convierte en mi sombra. De allí viene mi incesante temor a los acreedores, un temor que hace vivir a la carrera, hundido en el trabajo, porque temo lo que me harían si dejo de pagarles un solo día. Falta dinero significa falta de control. ¡Buuu! Aterrador.           

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